Ni te pregunta y se instala
La tristeza
llega y no te pregunta.
No pide permiso ni anuncia motivos.
De pronto te ves embargado por la debilidad para enfrentar los sentimientos y no hay otra que dejar salir los torrentes lacrimosos de tus ojos.
Pero no te alteres, porque así como llegó, se volverá a su sitio.
La tristeza no es un elemento creado en el ser humano.
Es un parásito que pretende como el abrojo, alojarse en tu alma.
Solo tomate un tiempo para dejarla expresar y luego, así como vino, se irá.
Pero recuerda que es valioso que hayas percibido este sentimiento. De no ser así, dejarías de ser humano para ser meramente un muñeco animado.
No pide permiso ni anuncia motivos.
De pronto te ves embargado por la debilidad para enfrentar los sentimientos y no hay otra que dejar salir los torrentes lacrimosos de tus ojos.
Pero no te alteres, porque así como llegó, se volverá a su sitio.
La tristeza no es un elemento creado en el ser humano.
Es un parásito que pretende como el abrojo, alojarse en tu alma.
Solo tomate un tiempo para dejarla expresar y luego, así como vino, se irá.
Pero recuerda que es valioso que hayas percibido este sentimiento. De no ser así, dejarías de ser humano para ser meramente un muñeco animado.
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