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domingo, 30 de diciembre de 2018

La tristeza


Ni te pregunta y se instala

La tristeza llega y no te pregunta.
No pide permiso ni anuncia motivos.
De pronto te ves embargado por la debilidad para enfrentar los sentimientos y no hay otra que dejar salir los torrentes lacrimosos de tus ojos.
Pero no te alteres, porque así como llegó, se volverá a su sitio.
La tristeza no es un elemento creado en el ser humano.
Es un parásito que pretende como el abrojo, alojarse en tu alma.
Solo tomate un tiempo para dejarla expresar y luego, así como vino, se irá.
Pero recuerda que es valioso que hayas percibido este sentimiento. De no ser así, dejarías de ser humano para ser meramente un muñeco animado.

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