No tiene forma ni temporalidad,
surge de la caída de ese manantial,
renaciendo como bella cascada.
¡Tan fresca su agua!, daba placer
dejarse salpicar.
no buscábamos contar las horas que
quedaban,
no era necesario un reloj,
con el sonido del agua nos sentíamos bien.
Nada más podíamos pedir, soñar o
añorar,
el tiempo nos pertenecía, se había
detenido junto a nosotros.
El curso del arroyo nos acariciaba
los pies,
sentados sobre unas piedras éramos
testigos del momento,
eterno; no por tedioso, sino por bello.
Así es nuestro amor, sin forma ni
tiempo,
indescriptible estado embelleciendo
todo,
iluminando el lugar.
Judith Caldiroli "¡Tan fresca su agua!, daba placer dejarse salpicar.
ResponderBorrarno buscábamos contar las horas que quedaban, " bello,muy bello
Carmen G Tarsi Bella descripciòn del tiempo que no existe, se desvanece, frente a la intensidad del amor.
ResponderBorrarGracias por tomar tiempo para visitarme en mi forma de Blog. Es tan fuertete darse cuenta que hay quienes aman lo que uno da, lo que uno hace. Lo hace para sí, pero también para los otros. Gracias TREMENDAS ARTÍSTAS...!!!
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