En mi casa aparecieron,
el tedio y el desgano,
no sé cómo llegaron,
si no fueron invitados.
No sé ni cómo llegaron.
No sé si despedirlos,
no sé si debo dejarlos.
Quizá será mejor...
hacerme el indiferente
mirando hacia otro lado.
No hablan, no discuten,
en nada participan
ni tampoco se entrometen,
es solo que me abruman,
me aplastan y hasta me asustan.
Me observan como en la celda
lo que hacen al prisionero,
es cierto que así me siento
vencido y encerrado.
Si ya hasta más chica,
se hace esta mi celda,
privando que aire y luz
me levanten del letargo.
Espero pase pronto pase,
la noche oscura del alma,
un viento recio se lleve,
a estos dos,los no invitados,
y así otra vez libre,
sin peso y sin angustia
podré volver al ritmo
que antes me animaba.
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